Las baterías son elementos fundamentales en nuestra vida cotidiana, ya que las utilizamos en una amplia variedad de dispositivos, desde teléfonos celulares hasta automóviles. Sin embargo, es común que en algún momento dejen de funcionar correctamente. En este artículo, analizaremos las razones por las cuales las baterías dejan de funcionar y cómo podemos evitarlo.
Fallos por desgaste
Existen dos tipos de fallos que pueden ocurrir en las baterías: los fallos por desgaste gradual y los fallos repentinos. En esta ocasión, nos centraremos en los fallos por desgaste, que son aquellos que se producen de forma paulatina a medida que la batería pierde capacidad o potencia.
Con el uso, las baterías van perdiendo el material activo de sus placas, el cual se deposita en la parte inferior de las mismas. Este proceso de envejecimiento es inevitable y se conoce como vida útil de la batería. En las baterías de arranque de automóviles, por ejemplo, notaremos que el motor tiene dificultades para arrancar o incluso no arranca a la primera. Esto se debe a que la batería ha perdido potencia de arranque y ya se encuentra en valores mínimos. En el caso de las baterías de uso cíclico, notaremos que su duración va disminuyendo progresivamente.
Aunque no podemos evitar el proceso de envejecimiento de las baterías, sí existen factores que pueden acelerarlo, provocando un envejecimiento prematuro. A continuación, analizaremos algunos de estos factores.
Envejecimiento por descargas profundas
Uno de los principales aceleradores del envejecimiento de las baterías es la realización de descargas profundas. Cuanto más profunda sea la descarga, menor será la vida útil de la batería. Este es un error común, ya que muchas personas creen que es necesario descargar por completo las baterías antes de cargarlas. Sin embargo, en el caso de las baterías de plomo, ocurre todo lo contrario. Descargar demasiado una batería provocará su deterioro prematuro.
La descarga excesiva de una batería hace que el material activo de las placas se convierta en sulfato de plomo, formando cristales que impiden que la batería pueda recibir carga. A esto se le conoce como sulfatación de las placas o batería sulfatada. En el siguiente gráfico, podemos observar cómo la vida útil de la batería disminuye drásticamente con descargas de más del 80% de profundidad.
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- Dato importante 2
- Dato importante 3
Envejecimiento por almacenar las baterías descargadas
Otro factor que puede acelerar el envejecimiento de las baterías es almacenarlas descargadas. Muchas veces utilizamos las baterías y no las ponemos en carga de inmediato, ya sea porque no tenemos la certeza de utilizarlas próximamente o por descuido. Es común en personas que juegan al golf y cargan las baterías el día antes de jugar en lugar de hacerlo justo después de jugar, o cuando dejamos el automóvil con las luces encendidas y tardamos varios días en recargar la batería.
Al igual que en el punto anterior, cuando almacenamos una batería descargada o por debajo del 50%, esta sufre el proceso de sulfatación, el cual es irreversible. Es tan importante evitar este problema que en muchas instalaciones se lleva un estricto control del voltaje de cada batería para asegurarse de que siempre estén por encima del 80% de carga.
Envejecimiento por realizar una carga incorrecta de la batería
Otro factor determinante en el envejecimiento de las baterías es la forma en que se realiza la carga. Es importante comprender dos conceptos clave: la velocidad de carga y cuándo detenerla.
La velocidad óptima de carga de una batería se encuentra entre C/8 y C/15, donde C es la capacidad en Ah (Amperios-hora). Por ejemplo, una batería de 75 Ah debería cargarse con una corriente entre 9 (75 Ah / 8) y 5 (75 Ah / 15) Amperios. Si se carga a una velocidad mayor, se corre el riesgo de que el material activo de las placas no se adhiera correctamente, lo que resulta en una reducción de la vida útil de la batería.
Del mismo modo, si no se carga la batería al 100% y se deja, por ejemplo, al 75%, se estará almacenando una batería descargada, lo que favorece el proceso de sulfatación. Esto es común en automóviles que se utilizan para trayectos muy cortos o cuando el alternador no genera suficiente corriente para cargar la batería.
Estos problemas también ocurren con frecuencia en sillas de movilidad reducida. Las personas suelen utilizar sus sillas durante las mañanas, dejando las baterías bastante descargadas. Luego, al mediodía, las cargan y vuelven a salir por la tarde. Esta carga insuficiente hace que las baterías se utilicen por debajo del 80% y provoca descargas más profundas, lo que envejece prematuramente las baterías en estos casos.
¿Qué ocurre si sobrecargamos una batería?
Si una batería alcanza el 100% de carga, comienza a producirse la disociación del agua del electrolito. El oxígeno se adhiere a las placas de plomo, oxidándolas, mientras que el hidrógeno se libera al exterior en forma de gas junto con vapor de agua.
En las baterías de plomo-ácido normales, pueden ocurrir dos cosas. En las baterías sin mantenimiento, el hidrógeno y el vapor se reconducen a los vasos de las baterías, evitando la pérdida de electrolito. Sin embargo, si la sobrecarga es demasiado intensa y se alcanza una presión interna muy alta, es posible que el gas se libere a través de las válvulas de seguridad. En este caso, es fundamental apagar el motor y ventilar el compartimento del motor para evitar explosiones. En el caso de las baterías con mantenimiento, el hidrógeno y el vapor se liberan al exterior a través de un conducto o los tapones, lo que provoca una pérdida considerable de electrolito que debe ser reemplazado con agua destilada.
En el caso de las baterías selladas de gel o de AGM (Absorbed Glass Mat), la sobrecarga es más preocupante. Estas baterías son selladas y muchas carecen de válvulas de salida de gases. Cuando se sobrecargan, la presión y la temperatura interna aumentan considerablemente, lo que puede provocar deformaciones o incluso explosiones.
Otros factores: la temperatura
La temperatura ambiental también juega un papel importante en el envejecimiento de las baterías. Los climas extremos de calor o frío pueden reducir significativamente su vida útil. Una variación de +10ºC en la temperatura ambiental puede provocar una pérdida de hasta un 25% de la vida útil de la batería, sobre todo a partir de los 20ºC. Asimismo, el frío extremo afecta la densidad del electrolito y, por lo tanto, su carga, especialmente por debajo de los -10ºC.
Las baterías dejan de funcionar por diversos motivos, como el desgaste gradual, las descargas profundas, el almacenamiento incorrecto y la carga inadecuada. Además, la temperatura ambiental puede acelerar su envejecimiento. Para prolongar la vida útil de las baterías, es importante cuidar estos aspectos y seguir las recomendaciones de carga y almacenamiento adecuadas. Así podremos disfrutar de un rendimiento óptimo de nuestras baterías y evitar su deterioro prematuro.
Consultas habituales
¿Cuál es la vida útil de una batería?
La vida útil de una batería puede variar según el tipo de batería y su uso. En general, las baterías de plomo-ácido tienen una vida útil de 3 a 5 años, mientras que las baterías de litio pueden durar entre 5 y 10 años.
¿Cómo puedo prolongar la vida útil de una batería?
Para prolongar la vida útil de una batería, es importante evitar descargas profundas, cargarla correctamente y almacenarla en un lugar fresco y seco. También es recomendable realizar un mantenimiento regular, como comprobar el nivel de electrolito en el caso de las baterías de plomo-ácido.
¿Qué debo hacer si mi batería ha dejado de funcionar?
Si tu batería ha dejado de funcionar, lo primero que debes hacer es comprobar si está correctamente conectada y si los cables están en buen estado. Si todo está en orden, es posible que la batería esté agotada y necesite ser reemplazada. En ese caso, consulta con un experto para encontrar la batería adecuada para tu dispositivo.
Las baterías pueden dejar de funcionar por diversos factores, como el desgaste gradual, las descargas profundas, el almacenamiento incorrecto y la carga inadecuada. La temperatura ambiental también puede afectar su vida útil. Para evitar el deterioro prematuro de las baterías, es fundamental seguir las recomendaciones de carga y almacenamiento adecuadas, así como realizar un mantenimiento regular. De esta manera, podremos disfrutar de un rendimiento óptimo de nuestras baterías y prolongar su vida útil.
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